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#366escritoras

María José Navia nos recomienda #366 escritoras, y más...

Fernanda Melchor
México

 

1982-

“Quizá buscaban a una persona que pudiera comprenderlos, alguien a quien legarle su ciencia y sus secretos. Quizá se sentían solos, pensaba yo tal vez porque yo misma me sentía sola y extranjera en el mundo, .incluso en mi propia familia —, deambulando por el cosmos en sus naves de silicio, buscando, siempre buscando, un planeta más amable, otros mundos, otros hogares, nuevos amigos en galaxias distantes.”

 

Mi escritora para hoy está en la lista corta del prestigioso premio Booker International que se decidirá el 19 de mayo. Se trata de Fernanda Melchor (México, 1982) y su brillante y poderosa novela Temporada de Huracanes.
Fernanda Melchor ha publicado el libro de crónicas Aquí no es Miami (2013) y las novelas Falsa Liebre (2013) y Temporada de Huracanes (que, en la traducción de Sophie Hughes, como Hurricane Season, está en la lista corta del Booker International).
La escritura de Melchor tiene una fuerza poderosa. Hay un oído atento a lo coloquial, a las formas en las que se derrama el lenguaje, y las tensiones que existen en toda comunidad, familia, pareja y que muchas veces se desbordan en violencia.
En sus crónicas (aunque ella los llama “relatos”), pasamos de una niña que cree ver un ovni (y que termina siendo una avioneta de narcotraficantes) a los dolores de la migración, con todas sus esperanzas y peligros.  Historias donde todo lo que se quiere está demasiado lejos.
Dice Melchor sobre su fascinación por los extraterrestres: “Quizá buscaban a una persona que pudiera comprenderlos, alguien a quien legarle su ciencia y sus secretos. Quizá se sentían solos, pensaba yo tal vez porque yo misma me sentía sola y extranjera en el mundo, .incluso en mi propia familia —, deambulando por el cosmos en sus naves de silicio, buscando, siempre buscando, un planeta más amable, otros mundos, otros hogares, nuevos amigos en galaxias distantes.”
Temporada de huracanes (2017) se lee con ritmo de avalancha. Desde sus primeras escenas, que nos muestran a unos niños que se encuentran el cadáver de La Bruja, ya carcomido y como sonriendo en un canal de aguas turbias, la historia adquiere velocidad de derrumbe.
En este tornado no hay Dorothy. No hay Oz ni el consuelo de que, a veces, no hay lugar como el hogar. Hay un coro de voces, sí, huracanado, de confesiones atolondradas, de plegarias donde la rabia se cruza con el deseo, la vulnerabilidad con el odio más oscuro.
Así nos vamos enterando, en un caleidoscopio angustiado, de los hombres que se llevaron a La Bruja, personaje misterioso que realizaba fiestas desatadas en su casa (“una construcción tan fea y repelente que a Brando le parecía el caparazón de una tortuga muerta mal sepultada”) y ayudaba a las mujeres, especialmente a las prostitutas,a curarse de sus males por medio de hechizos/ungüentos.También de los testigos de la escena, de las familias que rodean sus destinos, de las mujeres que se esfuerzan por sobrevivir en un escenario saturado de violencia.
Bajo todo esto hay un miedo profundo a lo desconocido, que está en los demás pero también es sentido por cada uno de los personajes (Luismi, Norma, Brando y tantos más), especialmente en relación con el sexo y el deseo.
Leemos: “Qué chiste le veía el chamaco a esas porquerías era algo que el Munra nunca pudo entender: cómo era posible que alguien quisiera estar así como idiota todo el santo día, con la lengua pegada al paladar y la mente en blanco como una televisión sin señal…”
Hay familias que son retratadas como bestiales, mujeres que nunca quisieron hijos, mujeres que hacen de madres de otras mujeres, mujeres que se casan con hombres que no aceptan su homosexualidad y no entienden hasta dónde puede llegar el abuso.

 

©️ Foto encontrada en: https://www.vulture.com/article/perfil-de-fernanda-melchor-paradais.html 

      Fernanda Melchor: ¿cómo ser escritora en México?: