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Eva Baltasar
“A los veintitrés crees que ya es tarde para todo. No es hasta los cuarenta cuando te percatas de que aún estás a tiempo, si no de todo, al menos de todo lo que importa.” |
Antes de que se acabe el día quiero hablarles de una autora que acaba de publicar su segunda novela hace ocho días. Ya antes había publicado diez libros de poemas y una muy buena y afilada primera novela. Se trata de Eva Baltasar (España, 1978).
La primera novela de Baltasar, Permafrost (2018) dio inicio a un tríptico en el cual se explora a personajes femeninos y la relación con sus cuerpos. En ella, tenemos a una narradora compleja, de inteligencia feroz que va diseccionando sus afectos sin piedad.
Algunas citas de esa novela:
“Hay partes de cuerpo, como muebles demasiado grandes, que una no sabe encarar.”
“Mamá se medica, papá se medica, mi hermana al principio no, pero después ya sí, se hizo mayor y lo entendió. Medicarse es una constante solución provisional, igual que la bombilla de pocos vatios colgada del techo del recibidor.”
“A los veintitrés crees que ya es tarde para todo. No es hasta los cuarenta cuando te percatas de que aún estás a tiempo, si no de todo, al menos de todo lo que importa.”
La narradora intenta pasar el tiempo leyendo biografías: “Sentía un placer indescriptible en sumergir mis horas de vigilia en aquellas vidas ajenas, completas, perfectas, cada una con sus dos aniversarios que celebrar. Pasarme la vida así era lo máximo a lo que podía aspirar...”
El permafrost al que alude el título es esa capa de hielo que parece aislar a la protagonista de todo lo que sucede. Comenta: “Tengo un buen recubrimiento, impermeable como el de los buques, pero no es mentira, no: la dureza del hielo preserva un mundo habitable sólo que dormido”
Y también: “Hacer de hermana comprensiva es como un prospecto de anticonceptivos, tiene una lista de contraindicaciones y efectos secundarios adversos más peligrosos que la Gorgona.”
Un par de citas más y pasamos al siguiente libro:
“El futuro aguarda y es un reno parado en una carretera secundaria. No tengo ninguna duda de que los animales parados en las carreteras son suicidas.”
En Boulder tenemos también a una narradora compleja a la que su novia llama “boulder” por esas enormes piedras solitarias en el océano. Una novela que se pasea entre el sur de Chile e Islandia. Entre el encierro de un barco y el de una pareja.
La protagonista, al comienzo, trabaja en la cocina de un barco. Dice: “Los alimentos tienen piel y prepararlos requiere cuchillos. Si en algo soy buena, es en descuartizarlo todo.
(...)Los trabajos me duran semanas, se me escurren de las manos, son una grasa que voy deshaciendo.”
“Eso vine a buscar aquí, el cero primigenio. Cansada de inventar currículums, de tener que decir y hacer como si la vida fuese un relato, como si dentro llevase un alambre clavado que me hiciese recta y constante.”
“Me dejo llevar, la vida crece sin sobrepasarme, se concentra en cada minuto, implosiona, la tengo en las manos. Puedo renunciar a cualquier cosa, porque nada es decisivo cuando te niegas a encerrar la vida en el calabozo de los relatos.”
En esta segunda parte del tríptico, la mujer protagonista está cerca de los cuarenta años, no menciona a su familia, vive una vida sencilla y de encierro en alta mar, hasta que se enamora y se va con su pareja a Islandia y allí aparecen nuevos miedos y claustrofobias.
Las casas dulces como la suya te carcomen poco a poco, te perforan en profundidad, alcanzan el nervio más fino. Cuando te das cuenta ya es demasiado tarde, ya te ha matado esa energía demoledora que sólo el dolor sabe producir.”
De la pareja y la monotonía a la posibilidad de un hijo, la situación se va enrareciendo para la narradora que comenta en un momento: “Tener un hijo es un proyecto monstruoso que arranca de repente, sin avisar.”
“El cerebro permite hacer eso, elegir las palabras que nos salvan, construir sentencias. Es la herramienta de que disponemos para engañarnos mientras el cuerpo grita.”
“La vida puede no gustarte pero ser inocua como el cloro que tragas con el agua.”
Boulder es una novela de dientes afilados, incómoda y deslumbrante a la vez. Ahora queda esperar esa tercera parte/cierre del tríptico.
©️ Foto encontrada en: https://www.zendalibros.com/eva-baltasar-no-concibo-una-historia-sin-que-el-cuerpo-no-tenga-protagonismo/
Ciclo Imagen de Feria - Osvaldo Quiroga entrevista a Eva Baltasar: