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#366escritoras

María José Navia nos recomienda #366 escritoras, y más...

Emma Reyes
Colombia

 

1919-2003

“Mientras trabajaba, pensé que, si supiera escribir, podría escribirle una carta al Papa y esconderla en una de las mangas para que la encontrara cuando se la fuera a poner; mentalmente le escribía cartas que duraban todo el día; en ellas les contaba toda mi vida...”

Hoy quiero hablar de una artista cuyo único libro, publicado el 2012, a casi diez años de su muerte, se convirtió en todo un fenómeno editorial y con justa razón. Se trata de Emma Reyes (Colombia, 1919-2003) y su maravilllosa Memoria por correspondencia.
Reyes vivió gran parte de su vida en Paris y se dedicó a la pintura con gran pasión. Allí conoció al historiador y diplomático Germán Arciniegas de quien se hizo muy amiga. Fue él quien le pidió a Reyes que le contara sobre su infancia (algo de lo que nunca hablaba) en cartas.
Entre 1969 y 1997, Emma Reyes le escribió 23 cartas a Arciniegas contándole sobre su difícil infancia, primero al cuidado de una mujer a la que llama María (no queda claro si es su madre) y luego abandonada en un convento en donde el sufrimiento continúa.
Las 23 cartas conforman un mundo claustrofóbico, un relato de infancia contado con los ojos bien abiertos. Como dice Mariana Enríquez en su reseña a esta obra: “¿Qué hay en Memoria por correspondencia para causar tanto revuelo? Hay un infierno. Una infancia en el infierno...”
El libro fue publicado en Colombia, por la editorial Laguna, el año 2012 y fue una gran revelación. Desde entonces ha sido publicado en otros lugares e idiomas, siempre conmoviendo profundamente a sus lectores
Pero Emma Reyes, luego de esa infancia, se las arregló para viajar por Latinoamérica, para aprender a leer y escribir mientras trabajaba en distintos hoteles, hasta que llegó a Paris y logró dedicarse a la pintura.  Y son HERMOSAS.
Hay muchos ojos en sus pinturas, miradas tímidas, tal vez asustadas, pero siempre testigos, de ojos abiertos, como capturándolo todo desde un margen.
El talento para el arte se ve también en lo relatado en sus cartas. Reyes cuenta cómo, en el convento, le enseñaron a bordar y se destacó tanto en ello que incluso la escogieron para bordar un alba para el Papa
Leemos: “Mientras trabajaba, pensé que, si supiera escribir, podría escribirle una carta al Papa y esconderla en una de las mangas para que la encontrara cuando se la fuera a poner; mentalmente le escribía cartas que duraban todo el día; en ellas les contaba toda mi vida...”
Les dejo algunos pedacitos más de este librazo:
“Mi cabeza es como un cuarto lleno de trastos viejos donde no se sabe más lo que hay ni en qué estado.”
“...vimos sobre la mesa un paquete de billetes y me dio miedo, sentí que algo iba a pasar, nosotros sólo teníamos monedas; en esa casa nunca habíamos visto billetes.”
“Ese santo no me gustaba tanto como los otros porque siempre parecía como si estuviera apurado y uno no puede ni rezar, ni hablar, con un santo que está afanado en irse.”
Emma Reyes pidió que Memoria por correspondencia se publicara diez años después de su muerte y que todo el dinero que consiguiera fuera donado a un hogar de menores como en el que ella había vivido

©️ Foto encontrada en: https://librosdelzorrorojo.com/ca/cataleg/muneco-de-barro/

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