El Premio Nacional de Literatura nació en 1940 debido a la preocupación de la Sociedad de Escritores de Chile por la precariedad económica y social de los escritores, quienes en ese tiempo no podían vivir de sus derechos editoriales ni contaban con protección social. El proyecto de ley fue impulsado por el presidente Pedro Aguirre Cerda y se concretó durante el gobierno de Juan Antonio Ríos con la promulgación de la Ley N.º 7.368 en 1942. En sus inicios, el premio consistía en un diploma, una suma económica y una pensión vitalicia, y el jurado estaba integrado por representantes de la Universidad de Chile, el Ministerio de Educación y la Sociedad de Escritores.
Con los años, el premio fue adaptándose: se amplió el jurado, se estableció su entrega cada dos años y se permitió la posibilidad de declararlo desierto. En 1992 se incorporaron nuevas reformas, como la inclusión de un académico designado por el Consejo de Rectores y un representante de la Academia Chilena de la Lengua.
En 2025, con la promulgación de la Ley N.º 21.747, el premio volvió a experimentar cambios significativos. Desde ahora su entrega será anual, lo que lo diferencia de los demás Premios Nacionales que mantienen un carácter bienal; además, cada año se alternará entre los géneros de narrativa y poesía, garantizando así un reconocimiento equilibrado de ambas tradiciones literarias; y el jurado pasará de seis a siete integrantes, fortaleciendo la representatividad del proceso de selección.
De este modo, el Premio Nacional de Literatura recupera su carácter anual —tal como fue en sus primeros años— y se reafirma como uno de los reconocimientos culturales más prestigiosos del país, destacando la excelencia literaria y ofreciendo apoyo económico a los escritores y escritoras de Chile.