La pregunta acerca del origen y del significado del mundo en que existimos es una interrogante esencial compartida por las tradiciones literarias, filosóficas y teológicas del mundo antiguo greco-romano.
Los poetas tuvieron la intuición del carácter artístico del mundo cuando lo describieron como un cosmos: una realidad ordenada por la belleza. Para hablar del mundo en cuanto mundo, Homero narra la fabricación de una obra de arte: el escudo de Aquiles, sobre el cual el Dios artesano Hefesto representa el cielo y las estrellas, la tierra y el océano, los hombres y sus ocupaciones.
Los filósofos plantearon la pregunta de la causa del origen y de la unidad de este mundo. Por su parte, Platón, explica el despliegue de la diversidad harmoniosa del mundo a partir del proyecto ideal de un dios artífice.
A su vez, los teólogos cristianos quisieron traducir la fe en el Dios creador del cielo y la tierra de las primeras páginas de la Biblia en el lenguaje de la cultura greco-romana, en diálogo crítico con las distintas escuelas filosóficas.
A la hora del Big Bang y de las leyes de la evolución de las especies, ¿qué podemos aprender del mundo antiguo acerca de la “fabricación del mundo”?